ANÁLISIS DE CÁMARAS DIGITALES

 

Los potenciales compradores, y también los usuarios, devoran las páginas de análisis de modelos digitales, buscando las ventajas y los inconvenientes de un modelo u otro. ¿Pero hasta que punto son fiables? Sin duda están hechos con rigor, pero la mayoría han sido realizados con frialdad matemática.

 

Análisis:

- Carta de resolución: Una carta de resolución es una herramienta práctica para conocer la capacidad de lectura de líneas horizontales y verticales de una cámara, pero más resolución no de equivaler necesariamente a mayor nitidez.

Además, en una óptica zoom -parte fundamental de una cámara a la hora de evaluar su capacidad de lectura- hemos de ser conscientes que su rendimiento no es igual en todas sus focales, pese a ello, en la mayoría de los análisis desconocemos en que focal se realizaron las pruebas, ya que su comportamiento puede diferir enormemente en función de la distancia focal escogida, tanto que los valores de resolución, definición, aberración cromática, color... pueden ser dispares.

 

- Carta de color: La capacidad de distinguir colores sobre una carta es una prueba válida para darnos una idea de la capacidad de entregar colores y posible gama tonal, pero no necesariamente el color más real, o mejor aun, el color que más nos agrada. Pensemos por un momento en la "clásica" película fotosensible, cada usuario escogía aquella película que le brindaba las tonalidades, saturación y contraste, más acorde con sus gustos.

               
               
               
               

 

- Carta de tonos grises: El siempre molesto “ruido” es otro de los elementos que más preocupa, y nos afanamos examinando gráficos, cartas de color gris... Pero renunciar a él puede implicar renunciar a calidad. Nos explicamos, modelos que presentan un nivel de ruido muy bajo, especialmente aquellos que cuentan con CCD de reducido tamaño y elevado número de píxeles, ofrecen a cambio imágenes suaves –blandas-, con falta de detalle, o muy contrastadas pero con sombras empastadas y falta de detalle.

             

 

 

A tener en consideración:

La verdad es que para acertar con el modelo perfecto tendríamos que darle más valor a las imágenes, es decir, fotografías en papel de laboratorio de generoso tamaño – en función de la resolución-, donde realmente podríamos juzgar el rendimiento del modelo en cuestión, en función de nuestros gustos. Es cierto que en muchos de los artículos, dedicados a un modelo en particular, tenemos acceso a las fotografías realizadas por éste, pero utilizando los parámetros que emplea la cámara por defecto, lo que no nos brindará un conocimiento real de su capacidad si modificásemos los valores de contraste, definición, saturación de color, e incluso modo de color (sRGB o adobeRGB de existir esta opción).

   

En definitiva los análisis y sus datos debe tomarse como orientativos, y no en términos absolutos. Nosotros siempre que tenemos un modelo digital a nuestro alcance lo probamos, realizando todas las fotos que nuestro limitado tiempo nos permite, y solamente le dedicamos un comentario de opinión, sin entrar en un detalle excesivo, a aquellas cámaras en las que nos llama la atención su buen rendimiento, teniendo presente el binomio calidad/precio.

 

Hay un apartado que muchos de los futuros compradores olvidan, y es sin duda de vital importancia, nos referimos a su aspecto exterior y ergonomía, a lo que podríamos añadir la funcionalidad o comodidad de uso. En todos estos elementos entra en juego una serie de cuestiones subjetivas que no podemos pasar por alto. Nuestra cámara tiene que gustarnos y agradarnos su agarre, resultándonos cómoda y funcional, en definitiva, tiene que existir una cierta empatía cámara/fotógrafo, de lo contrario al final quedará arrinconada y condenada al olvido por muy bien que funcione.

 

 

Ricardo Salgado 04-02-2004 fotobasica.com